Señor Intendente: Un concurso que ya ganamos. | Horizonte
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Señor Intendente:
“¿Cuándo se hará el concurso y desfile de mascotas? Porque yo estaba esperando con muchísimas ansias para llevarle a mis mascotas. Por favor no se olviden de esa actividad, espero tu respuesta por mi Tia Reina”.
Yeimi Anahi y mis mascotas: Luna, Tinka, Yorki y las de mi Tia: Pequi, Duqui”.
Este fue el tierno e inocente mensaje que Yeimi escribió de puño y letra, con ilusión intacta, dirigido al Intendente de su ciudad. La motivación: la postergación, por mal tiempo, del tan esperado Desfile y Concurso de Mascotas, evento promovido por la institución municipal.
Pero más allá de una carta, lo que se deslizaba en cada trazo de su caligrafía infantil era la historia de una familia entera viviendo con emoción y entrega los preparativos para una jornada única. Detrás de cada salto corto de Luna, cada ladrido eufórico de Yorki o el meneo festivo de la cola de Duqui, se escondía la alegría sencilla de los días compartidos entre ensayos, disfraces improvisados y mucho amor.
Ni la repetida postergación del evento fue suficiente para aplacar el entusiasmo de Yeimi. Lejos de rendirse, canalizó su preocupación como una auténtica ciudadana: recurrió a la vía formal, escribió su nota y la dirigió respetuosamente con el encabezado: "Señor Intendente".
Al margen del trámite administrativo y las estructuras protocolares establecidas en atención a los ciudadanos, el acuse de recibo de la institución no tardaría en llegar. Con tono cálido y alentador, el mensaje oficial decía:
“Con mucha alegría y optimismo,
respondemos a esta emotiva cartita ciudadana.
Informamos que Yeimi Anahi y
sus mascotas: Luna, Tinka, Yorki, Pequi, Pelu y Duqui y muchas otras mascotas
de nuestra ciudad tendrán su espacio para demostrar sus encantos, destrezas y
habilidades…”
¿Ganaron una medalla? ¿Fueron premiadas por su gracia o su vestuario? Esa información puede obtenerse —si así se desea— por la vía legal, gracias a la Ley de Acceso a la Información Pública. Pero lo verdaderamente valioso no estuvo en el podio, sino en lo que esta historia reveló.
Yeimi, sin proponérselo, alcanzó la nota más alta en un concurso mayor: el de comprender, desde su mirada infantil, el sentido de crecer en comunidad. Su carta es casi un manifiesto ciudadano. Leído con ojos adultos, cada frase revela valores clave:
- ¿Cuándo se hará el concurso y desfiles de mascotas? – Interés y Participación ciudadana.
- Porque yo estaba esperando con muchísimas ansias para llevarle a mis mascotas – Empoderamiento.
- Por favor no se olviden de esa actividad – Compromiso comunitario.
- Espero tu respuesta por mi Tía Reina – Confianza institucional y red de apoyo familiar.
- Yeimi Anahi y mis mascotas: Luna, Tinka, Yorki y las de mi Tia Reina: Pequi, Duqui - Fuerzas vivas de la comunidad.
El eco de su carta trascendió lo administrativo. Movilizó afectos, reactivó emociones dormidas, reforzó el vínculo social. Porque detrás del concurso de mascotas, lo que se consolidó fue una verdadera expresión de ciudadanía activa.
Así como Yeimi, muchas otras niñas y niños están deseando participar, opinar, construir y transformar sus entornos. La comunidad necesita escucharlos. Porque ejercer la ciudadanía no empieza con el derecho a votar, sino con el impulso natural de querer formar parte.
Y eso, Yeimi ya lo entendió mejor que muchos.
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Foto: Municipalidad de Yaguarón. Disponible en línea
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