Protagonismo juvenil | Horizonte


Día tras día, deshojamos con certeza fragmentos de nuestra historia patriótica. Fragmentos sembrados por antepasados que, desde distintos frentes sociales, moldearon el país con coraje y visión. Las páginas de nuestra memoria se nutren de gestas brillantes que reflejan la valentía de la juventud, cuando el llamado de la patria exigía dejar todo para sembrar huellas en la posteridad.

Los valientes de hoy

La camiseta de un Paraguay heroico fue, y sigue siendo, vestida con orgullo por hombres y mujeres decididos. Sin etiquetas, sin hashtags, sin aplausos virtuales. Solo con convicción, entrega y visión de futuro. En esa camiseta está impreso el sudor de décadas, los sueños no rendidos, las esperanzas transmitidas.

Y es desde esas huellas que palpita el llamado a la juventud actual, para que tome la posta con actitud firme, solidaria y transformadora. Hoy no hay guerras declaradas, pero hay desafíos que exigen igual valentía: la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y equitativa.

Estamos ante un punto decisivo de nuestra historia. En el escenario de los grandes desafíos del presente, los protagonistas indiscutibles son los jóvenes: el presente de aquel futuro que nuestros antecesores soñaron. Jóvenes que merecen gratitud, confianza y espacio para dejar su huella; jóvenes que encarnan las conquistas venideras.

Así como en los días de la independencia, los ecos de nuestros predecesores siguen intimando a despertar la conciencia juvenil, a mover corazones desde la esperanza y a construir sinergias que enraícen un verdadero cambio desde las bases.

La mochila de la juventud

Asumir desafíos, responsabilidades y compromisos es más llevadero cuando se hace desde la primavera de la vida. Cuando aún el reloj concede tiempo, y a la vez exige definiciones que delinean el rumbo. Es en esa estación, fértil en sueños y energía, donde se decide gran parte del destino personal y colectivo.

En este tiempo de constante innovación, el espíritu juvenil tiene un poder inmenso: transformar la mochila pesada en jornadas florecientes. Una transformación movida por dinamismo, talento, esfuerzo y vocación de servicio.

El presente y el futuro demandan jóvenes con actitudes constructivas, con conciencia y coraje. Jóvenes que decidan comprometerse con el cambio, no desde la comodidad, sino desde la acción.

Es admirable ver florecer la valentía de la juventud cuando se aleja de distracciones superficiales, y se acerca al cultivo de valores: familia, salud, deporte, medio ambiente, estudio, trabajo, voluntariado. Ahí están las herramientas para construir un porvenir más sólido.

Protagonismo virtual y real

Si bien el protagonismo virtual tiene su valor, el protagonismo real es irremplazable. Es el que se asume en el territorio de los hechos, en la vida concreta, con sus retos y posibilidades.

La excelencia juvenil se revela no solo en el talento de asumir el papel protagónico en los desafíos actuales, sino en la capacidad de llevar esa actuación a la escena de la realidad. Porque actuar es importante, pero transformar es trascendente.

En la primavera de la vida, participar activamente es una ecuación con poder de cambio. Pero esa semilla no germina sola: requiere tierra fértil, voluntad férrea y visión clara. Participar en los procesos de desarrollo local y nacional no es opcional: es un deber ciudadano.

Así y todo, más que una esperanza, hay razones para estar convencidos de que los y las jóvenes seguirán corriendo la maratón hacia el futuro. Ya sea en solitario o en alianza, llevarán en alto la antorcha del protagonismo, encendida con actitudes constructivas.

Porque los jóvenes de hoy están llamados a proyectar un futuro distinto. Uno que será el presente de sus hijos mañana. Un futuro que empiece a realizarse desde ahora, desde el punto de partida que cada uno elige.

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Foto: C.A.Y. Disponible en línea

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